La lesión renal aguda (IRA), anteriormente denominada insuficiencia renal aguda, es una afección común y grave que requiere un diagnóstico y tratamiento oportunos. En este grupo de temas, exploraremos el enfoque de la vida real para diagnosticar y tratar la IRA desde la perspectiva de la nefrología y la medicina interna.
Diagnóstico de lesión renal aguda
Evaluación de la historia y los síntomas: el paso inicial en el diagnóstico de IRA implica realizar una historia médica detallada y evaluar los síntomas del paciente. Esto incluye preguntar sobre cualquier enfermedad reciente, uso de medicamentos, pérdida de volumen, síntomas urinarios y exposición a agentes nefrotóxicos.
Examen físico: un examen físico completo es esencial para identificar las posibles causas de IRA. Ayuda a evaluar el estado de los líquidos, detectar signos de agotamiento de volumen o sobrecarga de líquidos y evaluar signos de enfermedades sistémicas que contribuyen a la IRA.
Pruebas de laboratorio: el diagnóstico de IRA se confirma mediante la evaluación de los cambios en los niveles de creatinina sérica y la producción de orina. Las pruebas de laboratorio adicionales, que incluyen nitrógeno ureico en sangre (BUN), electrolitos, hemograma completo y análisis de orina, son cruciales para determinar la causa subyacente y la gravedad de la IRA.
Manejo de la lesión renal aguda
Identificar y abordar la causa subyacente: el tratamiento de la IRA implica identificar y corregir la causa subyacente, lo que puede incluir abordar la depleción de volumen, suspender los medicamentos nefrotóxicos, controlar la sepsis o tratar enfermedades sistémicas como vasculitis o glomerulonefritis.
Manejo de líquidos: Lograr un equilibrio adecuado de líquidos es vital en el manejo de la IRA. Esto incluye ajustar la ingesta de líquidos, monitorear signos de sobrecarga de líquidos o deshidratación y considerar el uso de diuréticos o terapia de reemplazo renal según sea necesario.
Optimización del uso de medicamentos: el manejo adecuado de los medicamentos es crucial para prevenir y controlar la IRA. Esto implica ajustar las dosis de los medicamentos según la función renal, evitar los agentes nefrotóxicos y monitorear cualquier efecto adverso de los medicamentos.
Terapia de reemplazo renal: en casos graves de IRA, puede ser necesaria una terapia de reemplazo renal, como hemodiálisis o terapia de reemplazo renal continua, para respaldar la función renal y controlar los desequilibrios de líquidos y electrolitos.
Conclusión
La lesión renal aguda requiere un enfoque sistemático para el diagnóstico y tratamiento tanto en nefrología como en medicina interna. Al evaluar cuidadosamente la historia, los síntomas y los hallazgos de laboratorio del paciente, abordar la causa subyacente y optimizar el manejo de líquidos y medicamentos, los proveedores de atención médica pueden controlar eficazmente la IRA y mejorar los resultados de los pacientes.